Comenzar a olvidar
Tras una semana de histerismos desmesurados y dedicacion exclusiva mental y física a la empresa que no al trabajo, siento como el organismo se desploma. La mente se hace incapaz de pensar y organizar ningún tipo de actividad, ni lúdica, ni trivial, ni por supuesto verdaderamente importante. En un estado de casi levitación deambulo por la vida olvidando lo mas simple; hasta como se conduce, hablando durante días de tu a tu con la columna del garaje que siempre se mueve.
Cometer errores de la vida diaria hace que te sientas completamente inutil.La invalidez amarga. Amarga el miedo a perder el control de tu propia vida y la consecuencia inmediata de no poder proteger a los que dependen de ti.
Tener un dolor de cabeza tan desgarrador que te impida hablar con fluidez, que le pensamiento se quede congelado frente a la puerta del dialogo y empiece la angustia a consumir el poco oxigeno que circula, llena el alma de terror y desesperación.
Tras una sesión de llanto casi incontrolado, solo se me ocurre ejercitar el cerebro con instrucciones sencilla e intrascendentes. Preparar la comida con recetas escritas a los 15 años, llenas de frases cortas que no te hacen pensar en nada... Si aun así te equivocas solo hay que evitar comérselas y pedir una pizza. Solo así comienzo a encontrar un ligero sentimiento de relajación y a notar que vuelvo a dirigir mi vida al menos para ordenar mi nevera.
Esto no debería de ocurrir, no deberíamos dejar que nacieran personalidades incapaces de sobrellevar a otras; no deberían de existir individuos capaces de bloquear a otros, no debería de existir la gente tóxica. Si pasamos la vida buscando el origen del mal y la enfermedad, deberíamos buscarlo dentro de nosotros mismos. Dentro del propio ser humano y castigar el egoísmo desmedido, castigarlo como cualquier otro delito.
En el bolsillo de mi Rebeca... El abrazo de mi niña cuando me vio llorar... Para que mas!