España en mil novecientos ochenta y muchos…

12.02.2024 07:17

En la historia, aun reciente de España, las atrocidades del terrorismo de  Eta viven con dolor en la memoria de cada español;eso que llaman memoria colectiva. 

Manuel, taxista. María del Coro, hija de un agente de la Policía Nacional. Ana Cristina, una niña de 10 años, hija de un Guardia Civil; A Otros, con menos memoria y menos años y bastante menos interes por nuestra historia y nuestra cultura) les suena un tal José María Martín Carpena por el deporte y de paso concejal del Partido Popular , Fernando Buesa Blanco, secretario general del entonces Partido Socialista de Euskadi o Manuel Broseta uno de esos Jueces... Seis personas asesinadas, Seis nombres  de las 850 víctimas producidas por un grupo de chalados que decidieron impartir su propia justicia diaria en España y salir en la television como los influencers de hoy en día, para imponernos la doctrina de la extorsión y el terror.

 Y es que tras  cada víctima, dejaron una familia destrozada, tanto que no les dejaron ni las ganas de vengarse. Unos amigos que también fueron víctimas de la barbarie de ETA, del grupo este que nadie en 1975 quería nombrar para quitarles la publicidad que buscaban. Nadie quería hablar de ellos antes, ( y ahora ya se les nombra mas de la cuenta) y no por miedo; se hacia para usar la ignorancia y la indiferencia de cada español doliente como escudo colectivo a los coches bombas. -" si nadie habla de ellos dejaran de matar" - Quien no escuchaba eso diariamente en la tertulia del desayuno, o viendo la portada sangrienta de un periódico cualquiera o ese ratillo de vermut esperando el parte de TVE a las 3 de la tarde. -Otra vez, Que barbarida! Hijos de...- y agachar la cabeza sin para de negar lo innegable.

El 17 de enero, el Tribunal Constitucional volvió a amparar a uno de esos Sanguinario de aquellos dias de duelo. Lo hizo rechazando la decisión del Tribunal Supremo de repetir el juicio contra el líder de EH Bildu por la intención de reorganizar Herri Batasuna (brazo politico de Eta) en el año 2008. Aunque este señor  fuese juzgado y condenado en 2009, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anuló la condena alegando que no se celebró un juicio justo. 

Esta vez, el Tribunal Constitucional dio la razón a Arnaldo Otegui basándose en el principio "non bis in idem" que defiende que una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo delito. Desde el conocimiento humilde y culto de esta escribiente no entiendo como un órgano superior de justicia de un estado democrático puede ser refutado con un hecho tan infantil como no haberse celebrado un juicio justo... ¿estamos jugando a las series americanas en Europa?

(Probablemente también ien Seguro que se nos olvido juzgarlo por muchos de los otros delitos que cometió...Total,  puestos a echarnos las culpas unos a otros,  tratamos como si de una pelea de colegio se tratara, la muerte de mas de 800 personas un dia cualquiera de sus vidas a una hora insignificante de un miercoles de un mes x...).


Al margen de no entender y mucho menos pretender cuestionar el principio "non bis in idem", la incomprensibilidad moral  de ver una persona  que ha matado por su exclusivo egoísmo, "mas o menos ideológico", un personaje intolerante que continua viviendo sin arrepentimiento ni reinserción emocional alguna y verlo actuar  como socio de  gobierno en este pais cicatrizado y dolorido no deja de provocarme asco, decepción , y vehemencia en mis juicios.

Conseguimos que se ponga en duda la justicia española y/ o europea, y si tenemos suerte algún joven de ahora, mientras le daba golpes a un balon, y que probablemente solo recuerda la cara de desesperación de los guardias civiles de su barrio viendo a sus muertos en el suelo, le de por reflexionar sobre la ética y la responsabilidad que debería conllevar liderar una formación política, un país, la educacion de miles de personas ,cuyo objetivo simple, es que la dejen en paz, y no que les pongan una bomba lapa en los bajos de un coche . (Esto no es cine, es la realidad española de 1980)

Mas allá de las decisiones legales, está la realidad de 850 vidas truncadas por ETA. Los nietos de Broseta nunca pudieron disfrutar de  un abuelo, (Algo hoy imperdonable en nuestra delicada sociedad) pero sí  tienen que vivir con el ardor continuo que provoca en sus estómagos saber que fue asesinado y ademas ver a su asesino impunemente pasearse por las televisiones y redes sociales dando lecciones... ¿lecciones de Moral? Venga hombre! 

Ana Cristina Porras, podía haber vivido lo que cualquier adolescente; un beso, una fiesta, un viaje , miles de amigos, pero todo se quedó en un sueño desparramado el 29 de mayo de 1991 en el suelo de una casa cuartel con esos artilugios llamados coche-bomba.

Fernando Buesa, podría haber visto a sus hijas crecer, pero nunca las pudo ver graduarse.  Ellas subieron solas a recibir una recompensa por sobreponerse a tanto dolor que se les quedo dentro.

La presencia de Otegui en la política no solo genera sufrimiento en las víctimas directas, sino que debería herir la sensibilidad de esta sociedad pusilánime de hoy en día y revolver las tripas de aquella gente que vivimos y aún recordamos los años de plomo. 

 La política debería ser un espacio de representación,si, pero también de servicio público, y no un terreno donde aquellos vinculados con actos de terrorismo encuentren cabida para reírse de los españoles 20 años después. Otros delincuentes no tienen tantos privilegios provocando el mismo dolor, generar muertes en vida es muy grave señores. Hacen a la sociedad triste y debilitan los valores éticos que deben regir una convivencia normal.

Si una persona con antecedentes de delitos sexuales no podría trabajar como docente en un colegio,ni atender a niños  por muy medico que sea... ¿Cómo es posible que alguien que formó parte de un grupo terrorista responsable de asesinatos y brutales secuestros pueda liderar lo que es legal o no es legal desde un partido político, y ademas para formar gobierno? 

El eco de ese silencioso grito de las vidas perdidas y las familias que aún lloran, no permite que se pueden olvidar a esas 850 familias que siguen clamando por la justicia y la memoria. La política, lejos de ser un espacio donde se desvanece la empatía, debe ser el terreno donde florezcan las lecciones aprendidas de nuestro pasado. 

La presencia de Arnaldo Otegui en la esfera política no solo despierta el recuerdo de aquellos días sombríos, sino que desafía nuestra capacidad de sanar como sociedad. 

Nuestro tributo a las víctimas, en la búsqueda de una convivencia pacífica, en el respeto de la memoria, yace la verdadera esencia de construir un futuro donde el dolor sea transformado en lecciones de humanidad y reconciliación sin perder de vista que el daño aunque cicatrice siempre queda la señal. Usémoslas para construir paz y reavivar el rencor.

Por Manuel, María Ana, José María, Fernando, Manuel y todas las víctimas de ETA. 

Fdo. Si Monica hubiese nacido en 1970. ( version de MLU 53 años)